Se dice que las esclavas de inodoro viejas no pueden aprender nuevos trucos, pero ésta lo hizo! Esto es doblemente impresionante. Por una parte, comí demasiada fibra el día anterior y por lo tanto mi heces no son tan sólidas y saludables como me gustaría *más* tuve que empujar mucho para sacarlas. La gran cosa de tener esclavos de inodoro es que no comen solo las heces perfectas. Además, equilibra la heces en su boca pacientemente hasta que le doy la señal para comerlas y luego las ingiere obedientemente!