Maldición, ¡estoy hinchada de nuevo…
¿Te gustaría experimentarlo de cerca? ¿Y sentir cuán maloliente está mi trasero.
Tengo que confesar que hoy mis eructos fueron aún más fetidos de lo habitual, tan fetidos que terminé soltando un pedo mojado y cagándome encima.
Se esparció por el suelo, mi teléfono, mis luces…
Pero sé que dejarás todo limpio y ordenado para mí, ¿verdad, cerdo?