Tu eres un inodoro, un inodoro, un latrina. Estás tendido con tu cabeza en el inodoro, boca abierta, esperando a alguien que entre y use de ti. No tienes pensamientos propios ni deseos, solo pensas en una cosa, cómo poder complacer a tus maestros.
Aquí entro al baño, solo una mirada rápida a ti, a tu cara bajo el borde del inodoro, no vales más. Eres nada, estás feliz de que me hayas venido a encontrar, feliz de que voy a usar tu boca de inodoro ahora. Mi culo se abre, una deliciosa fartita sale hacia tu boca, mi culo estalla, la hecedad entra en tu boca. Debes ingerirla inmediatamente, sin masticar. Aquí hay otra porción más suave. Echa a comer, ingerirla rápido. Eres una esclava que te ha acordado ser mi inodoro permanente. Así que come mi hecedad más rápido. Tu próximo visitante estará aquí pronto.
Aquí entra una esclava mujer al baño, intenta no mirarte en el inodoro, eres solo una cosa. Su hermosa joven cule se asienta en el asiento del inodoro, estás aun feliz de que haya visitado a ti, feliz de que haya decidido usar tu boca de inodoro. Su ano se infla varias veces, se abre como una flor en bloque. Y la hecedad gruesa, fragrante, entra en tu boca. Come, ingiera rápido, ella no te esperará. Su ano se abre de nuevo y la siguiente porción de hecedad entra en tu boca llenándola hasta el borde. Mastica y ingiera tu comida fetida. ¡Feliz de que una hermosa mujer te haya hecho el honor de hacer un movimiento intestinal en tu boca!