La agencia les llamó y les notificó que enviarían a uno de sus esclavos nuevos para un prueba gratuita; esto es un incentivo por su lealtad a lo largo de los años. Estaban disfrutando su tiempo cuando llegó al penthouse. Las mujeres no desaprovecharon el momento para romperle la nueva marioneta. Toman turnos vomitando, orinando y defecando sobre su cuerpo. El miserable esclavo está en condiciones de soportar todos los abusos que las mujeres le estaban infligiendo.