Hoy ha llegado a la cumplimiento de un antiguo deseo mío. Enfrenté cara a cara a Victoria, y solo nos encontrábamos dos. Victoria es mi querida Señora, y realmente me gusta servirle como inodoro. Me senté en el suelo y esperé con reverencia la llegada de mi Diosa. Y así entró en el cuarto. La rubia de figura hermosa, tetas hermosas y un gran derrière. Le greeteé, ella hiciera un globo de saliva y me hiciera ingerirla. ¿Estás listo para comer? – esta pregunta fue un señal que tendré que comer las heces de esta hermosa mujer. Victoria empezó a empujar heces de sus intestinos, y yo tenía una plato bajo su culona, esperando la recompensa. Realmente me gusta ver el proceso de defecación femenino. Señora defecó durante mucho tiempo, y durante varios minutos pude ver su hermosa anus, que se abría repetidamente para liberar otro salsichón de heces fragrantís. Comí este delicioso plato, después de lo cual le agradecí a la Señora por la recompensa que le provechió.