Para 30 minutos, mi esclavo tuvo que soportar estar privado de aire debajo de mi silla de sentada para cara. Todo el tiempo, tuvo que consumir mi flujo infinito de orina entregado a través de una fuente de agua a la par de un hora. Para animarlo a seguir bebiendo y luchando por el aire, mantuve su pene a punta de orgasmo. Después de que consumió mi reserva completa de orina, deslímeme unas pulgadas, colocando mi anus directamente sobre su boca. Luego, como una heladera de helados Dairy Queen, mi anus se abrió y le suministró un flujo igual de infinito de heces directamente en su boca. Ahora que no podía respirar a través de su boca, con él ya asfixiado por mi heces – y con él ya asfixiado – simplemente lo deje allí en su miseria, para que reflexionara sobre la vida o lo que son las cosas que piensan los esclavos cuando son empujados mucho más allá de sus límites 🙂
Mistress Wael.