Como Señora, una de las cosas que me gusta simular es el siniestro sentimiento de hacer que mi esclavo suje un pene sucio y manchado de heces mías.
No hay nada más disfrutable que ordenar a un esclavo que se vuelva y tenga que limpiar su propia suciedad de mi dilDO mientras yo miro y reíso de él mientras hace eso.
Observa cómo lucha con ello. Retorciéndose y haciendo caras al enfrentarse tanto al sabor como a la humillación de tener ese sabor en la parte más profunda de su garganta, donde quedará allí durante horas después, dando un recordatorio desagradable de cómo cruel es mi Señora.
Señora Wael