Soshi tuvo dificultades con sus heces durante estos últimos días, incapaz de sacarlas por completo. Al tomar fibra, su estómago rumbó fuerte y tuvo que correr al baño para sacarlas definitivamente. Sintió un dolor agudo al ver su anus abrirse más que lo acostumbrado. Sus heces, de color marrón y verde oscuro, tenían un olor ácido y horrible – several days worth of poop piled and compacted into a large log, twice the size of a sausage. The tip was so dry that it forked upward immediately when she pushed it out, almost touching the delicate skin of her anus. Con sus lágrimas un poco en suspenso, da otro empujón y fartó, calentando su propia gluteus de la maloliente aire. Las heces continuaron a rebotar contra la pared de su recto y anus con autoridad, hasta que las primeras pocas pulgadas cayeron rudamente en el cerámico baño. La sección siguiente fue más perdonadora, pero lastimó su gluteus por ser tan gruesa.