Maya, como sucede con las mujeres, estaba rezagada en la reunión conmigo, cuando trajo el novio. No pude aguantarlo y fui hasta el baño a dejar una gran cantidad de heces en un plato antes de su llegada, y sería una sorpresa para ella. Después de poner a Maya en la tubería, coloqué la heces directamente sobre su cara, cubriéndola por completo. Suspiro y comenzó a quitarse la heces de su cara y esparcirla por su cuerpo. De verdad disfruté y le ayudé a volverse más sucia y más sucia