Estás nunca terminadas de entrenar a un esclavo. Pensarías que ser un inodoro no era una tarea demasiado complicada. Hay no mucho que recordar, pero aun así se olvida de lo pocos deberes que tiene. Por ejemplo, varias veces azoté la vergüenza del esclavo y olvidó decir Gracias! Inconveniente, sabes. Pero al menos es una excusa para azotarlo un poco más. ¡Ah, no necesito una excusa!
Por otro lado, a pesar de su olvidizas, está haciendo un trabajo increíble en lamer mi anus y hasta soy capaz de sonreír de verdad en este video. Mientras el esclavo lama mi anus desde debajo del asiento de inodoro, mi anus se engorga de poder hasta salir de mi anus luminoso. Finalmente, lo recompenso con mi regalo fragrante. Esta vez le doy un pequeño sorpresaSurprise!
Estuve tan divertida con el espectáculo (tal vez el esclavo estuviera divertido pero su boca estaba ocupada) que puedes escuchar mi reír al mirar de nuevo hacia abajo. El esclavo es tan insignificante que sueno con un sonido que casi podría interpretarse como compasión. Y como si mi ofrenda fragrante y semiliquida fuera poco para decorar su cara, incluso le agrego mi saliva. ¡Surprise, el esclavo olvida decir Gracias! ¡La labor de una Señora nunca se termina!
Después de ver este video, estarás a punto de desear ser el orificio en el que depongo mi diarrea! RECORDATORIO, ¡dígale Gracias!, INODORO!