Eh hem, pequeños perversos de zapatos… Sabía que alguna de ustedes están enamorados de mis zapatillas sucias y cuán hermosas son. Hoy en día, ustedes no son merecedores de mis pies divinos, solo obtendrán el sucio fondo de mis zapatillas! Besarlas, huele los pequeños trozos de tierra que he pisado, y su lengua recorra las solas–saben dónde pisé y oran a los soles de mis zapatillas mientras yo ignoro a ustedes y hago cosas mucho más importantes; como tomar autoretratos de mi hermosa cara! (Por supuesto, despliego mi talón en el final–deja caer el olor agradable de mi pie!)