Durante la noche, esta dulzona se encuentra en necesidad de defecar, pero no en un inodoro, sino en la boca de su esclavo! Así que, sin más retoques, sale de su celda, lo coloca en el suelo y se sienta encima de su cara usando una silla con un asiento central, como un asiento de inodoro! Luego, sin más retoques, libera chorro tras chorro de heces! La mayoría de ellas se introducen en su boca, que termina ingiriéndolas, pero debido a su magnitud, alguna de ellas se desbordan y se extienden por todo su rostro!