Estuve tan preparado para la llegada de mi esclavo inodoro, y no llegó, puta! Y reprogramó su llegada para el día siguiente. Yo no defeco durante dos días, guardé el culo para él, recoje. Y así, corrí por la calle y sintió, quería defecar tan malamente que corri a casa. Llegué corriendo… ¡Fúck!, empuje, presione para sacar la heces de mi culo. Tan sentido, hay una turba de heces en mi culo que parece el tamaño de un ladrillo. No, no necesito defecar cada día, estoy constipada. Bien, esclavo inodoro, comeder de heces, solo vendrá mañana, te haré comer todo el contenido de la casa. Antes de que sepas, te sujeto los testículos y no te dejaré salir hasta que hayas ingerido todo el contenido en una sola garganta. Con dificultad, pero aún tomé una heces, es tan relieve.
El día siguiente apareció mi inodoro viviente, mirando al suelo, enrojecido, pálido. Acuda a tus rodillas y corra hasta el inodoro, yacete, pon tu cabeza en el inodoro. Serás mi inodoro estacionario hasta que me perdone. Abra tu boca, quiero defecar. Yo te daré un enema para limpiar mi anus y te daré más heces en tu boca de inodoro.
Unas horas después, me dirigí a la ducha y volví a querer defecar, solo por la bolsa en mi culo. La puse especialmente para eliminar la constipación de ayer lo antes posible. No saldré de la ducha y sentarme sobre el inodoro vivo, estoy mojado, lo haré sucio. Defecaré en la ducha. ¡Véanse cómo deliciosa son las heces! Despúes de limpiarme el cuerpo, te alimentaré con heces, en el inodoro de basura