Esta señora utiliza a su esclavo solo para una cosa y eso es dejar que ella deje caer lo que quiera en su boca. Ella se sienta en su silla y empuja una buena cadena de sus heces doradas, las cuales su esclavo consume avidezmente. ¿Qué mejor manera de lavar esto? Con una nueva servición de orina fresca, claro!