Esta señora está convirtiendo a su esclavo en su propio inodoro personal junto a su cama. Ella se arriesga a defecar en la boca miserable de él como un desagüe sucio. El débil esclavo come hambriento cada gota de heces que le da su señora. Después de la alimentación de heces, ella le llenó además con su orina y vómitos y tuvo una buena vez esparciendo todos sus líquidos en sus cuerpos, haciendo feliz a la señora viendo a su insignificante esclavo mojado en todo el estiércol y suciedad.