Encontré a Gigi en las redes sociales, la invité a Estambul, le dije que querría ser su esclavo de inodoro, ella fue amable, no aceptó inmediatamente, pero me orinó mucho en la boca, la orina matutina me dejó en una situación difícil, corrió hasta mis oídos, por mi garganta, tuve muchas dificultades bajo el cuerpo de la mujer