Este pequeño tontito ha sido una buena perra este año, así que he decidido recompensarlo permitiéndole servirme con su lengua! Primero se encarga de sufrir sufriendo mis botas de tacones, haciéndole sobresalir al lamer los puntitos, y lamer lo que he tropezado en ellas, solas–comentando que nunca había visto a alguien tan obsesionado con los soles de las botas femeninas! Después, ya que ha sido REALMENTE bueno, me permite algún beso de trasero y el honor de lamer mi vagina hasta un orgasmo fantástico! Mi pequeño beta hace lo que yo digo, y me sirve de lenguaje en mis rodillas–luego me gira y le permito oler y lamer mi anus, recordándome que había comido recientemente, haha!! (También le permito que me tongueeee mi anus!) ¡Eso es su regalo de Navidad–recibiendo placer a su dueña! Después de estar satisfecha, me hace besar mi vagina repetidamente, diciéndome gracias Maestra por haberle permitido servirme. ¡Feliz Navidad, perdedor!