Mi inodoro está ya esperándome en el suelo, tal y como sucede todos los días, me siento como si me quisiera usar. He colocado anillos alrededor de su cock, para que quede erizado durante más tiempo, y para que yo lo demuestre, que este cock pertenece a mí. Lo atorozco y procedo a patarlo y acosarlo. Lo he entrenado tan bien, que se enflama solo de mi olor y sabor. Siento asiento en el inodoro mientras le instruyo para que huele y lame. Lubrica mi ano para que tenga una salida más fácil, y puede saborear, el desayuno que estoy por servir, de la fuente. Y finalmente, llega el momento en que queda vivito! Puedo defecar en su boca, y puede consumir mis preciosas heces. Después de eso, procedo a castigarlo. Solo permito erecciones, eyaculaciones y placer cuando mi heces están en su boca. Lo hago vaciar mientras explico qué es para él: un inodoro, una subhumana y un esclavo más leal. Tiene dificultades para eyacular, debido a los anillos, pero en este momento, ya he perdido el interés en hacerme vaciarlo. Mantener a esclavos en negación es una buena forma de que se obsesionen de mí.