Esta cruel enfermera se encanta con ver a sus pacientes sufrir, quizás por estar sobrecargada y subpagada. Este paciente masculino es bastante molesto, pero no le está dando lo suficiente por su trabajo. Así que cada vez que está indefenso, se asegura de que su vida sea lo más difícil posible. Abre su boca y le espera para salivarle. Cuando nadie está mirando, quita su falda y se sienta sobre su cara para que al menos pueda lamerla. Se arroja directamente a orinar sobre su cara, solo para vengar su paga insuficiente.