No es vergüenza degustar y tomar las heces

Cómo grande es el deseo por las heces. Anteriormente, no sabía nada acerca de ello. Ahora, jugando y degustando las heces, comencé a comprender cómo difícil es resistir la tentación y no degustarlas. Pero no es vergüenza, porque es divertido y deseable. Y todo lo natural no es feo.

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