Yara, una joven irresponsable que solo tiene en cuenta sus propios intereses, se encuentra en el dormitorio con su novio Cosmo. Le persuade para tener sexo y finalmente accede, encantado por su provocativa vestimenta.
Poco más de una pretexto es suficiente para que se deje llevar y se deje atar. No le toma dos suenas después de estar a sus órdenes y ya su verdadera cara sale a la luz.
En lugar de la prometida fellatio, le mete su pene en una jaula. Se divierte un rato haciéndole apetitarse en ella. Más por burla que por afecto.
Finalmente, lleva su juego malo a su punto más impudico y se sienta encima de su cara. Le aprovecha cruelmente y humilia a su novio de una manera terrible.
Comienza a defecar en su boca!
Intenta resistir, pero parece quebrado y se da cuenta de que ella no le importa en absoluto cómo se siente. Después de su propia estimulación, se vuelve un poco más suave y para mejorar el ánimo un poco al final le permite tener una orgasmo.