Volvió a visitarme un juguete de sadomaso. Tuvieron que ayudarme un poco. Pero ahora está sentado fijamente en mi silla de esclavo. Tendrá que sufrir mucho hoy. Comenzaré con sus tetas. Pueden soportar mucho, cree. Pero yo me hago mi propia imagen. Grita y lamenta pero aún así esquinaquito con mi tratamiento de frío, caliente y pinza…