En esta ocasión realmente quise saber hasta qué punto podía llenar al ingurgitador en castidad con mis heces y orina. Tuvo que hacer su deber de ingurgitar durante varios días consecutivos. Y tenía grandes cantidades para él. Nada se perdió. Entre las llenadas mantuve la heces para él y llené la botella de orina para que al final fuera un total de 10 llenadas con heces y orina. Feliz maestra, feliz ingurgitador, es así que debe ser!