El esclavo Dutchseat estuvo encerrado conmigo durante un día y tuvo que cumplir diversas tareas, además de limpiar la casa. Sus tetas tuvieron que sufrir adecuadamente y su culo fue azotado. Su primer tiempo con heces estaba por delante de él en la noche. ¡Feliz de haberme elegido como experta en este evento! Así, recibió mi garita de heces frescas para que la introdujera en su boca de esclavo y la ingiriese.