Estoy sentada en mi mesa y mirando mi teléfono. Tengo un look de estudiante japonés, con Tenis All Stars, medias de cuello alto, falda corta y blusa. Estoy cómoda porque me apoyo en la suave. Pero pronto la paz se rompe por los gemidos de mi silla de pies humanos y les doy una reprimenda: sabía que no debía molestarme mientras estoy en el teléfono. Se callan. Continúo ignorándolos. La aburridad comienza a tomarme. Despliego el teléfono de lado, me levanto y camino por la mesa. Le doy algunos estampidos, reprimiendo sus errores, y me monto encima. Basicalmente no me desmonte hasta que no desprenda, estampiándolo repetidamente por todo su cuerpo y cara con mis Tenis All Stars. Sentada en la mesa, recojo mi teléfono celular y lo arrojo.