SOLICITUD DE CLIENTE – Regresas a casa con pantalones de piel negra y una camisa blanca o azul clara para hombre. Elevas el cuello rigido de tu camisa. Tu esclavo está ya esperándote. Cuando te sentas en el sofa y le preguntas que le quite tus botas y masajeas tus pie, él responde: No, estoy realmente cansado mi mismo y quiero irme a la cama. Además, no soy tu perra. Tú entonces piensas que te equivocaste. Repites. Pero él agita su mano despreciosamente y se gira. En un enojo, eres tú, te levantas, lo arrojas al suelo. Comienza una pelea de lucha libre, pero él no es tu rival. A corta brecha, estás firmemente sentada encima de él. Intentará infructuosamente arrojarte. Cuando se calma, desabotos la camisa de debajo de tu pecho (o hasta tu navel) y ajustas el cuello de tu camisa hasta arriba. Luego empiezas a ahogarlo brevemente hasta que implore por misericordia. Tú le dijes, Ahora te mostraré lo que eres una puta! Luego te levantas y rápidamente buscas y encuentra una bocina. El esclavo la ve, se levanta y intenta huir de ti por mera miedo. Pero tú rápidamente lo alcanzas, lo arrojas al suelo y, después de una breve lucha, rápidamente te sientas de nuevo encima de su pecho y brevemente le golpeas de nuevo hasta que comience a respirar con dificultad. Luego rápidamente ponen la bocina. Ahora deslizas adelante tus pantalones de cuero hasta que estás sentada sobre su cuello. Es entonces que empiezas a introducir profundamente tu bocina por su garganta y dejar que sufra tu bocina.