Una doormat siempre a nuestras órdenes, hoy es lo que me y mi amiga Maya merecemos y esto está esperándonos allí en el suelo. Nuestra ropa informal, jeans y tenis, puede engañar a primera vista, pero cuando empezamos a tratarlo cruelmente sale nuestra sadismo. Aplastamos su cara y cabeza bajo nuestros soles, las huellas de los tenis se imprimen en su cara, su nariz ahora está plana y ancha y su cabeza se deforma bajo nuestro peso. Yo quito mis zapatos y el placer de descubrir las medias bajo mis jeans pronto da paso al sufrimiento al ver que mis mismas piernas aplastan su cara y boca para quitársela el aire. Maya también quita sus zapatos y deja que sienta sus suelas sudorosas.
Detenemos un momento para tomar un copo pero él queda allí en el suelo esperando, claramente no estamos terminadas contigo.