Si ya has visto el video anterior sabrás que debido a este servil inútil, mi amiga Dula y yo nos veremos obligadas a preparar el almuerzo a solas y al menos queremos hacerlo cómodas. El esclavo parece haber comprendido la lección y nos traerá algo cómodo: primero quita mis botas y pone alguna sandalia en mis pies y luego se pasa a las tenis de Dula, las cuales reemplaza con sandalias cómodas. Antes de ponernos a trabajar tenemos que decidir qué hacer con él y en realidad notamos que falta una almohadilla en la cocina… Lo dejamos allí en el centro y comenzamos a preparar un poco de pasta pasándolo repetidamente como si no existiera, como si fuera una pieza de mobilia inanimada. Sin embargo, nunca perdemos ocasión para desplegar nuestra sadismo, como cuando subo a los hombros de Dula para abrir la ventana y el desgraciado doormat tiene que soportar el peso de ambas. En pocos minutos la pasta está lista y nos sentamos encima de él para comerla, como para mostrarle que en realidad no tomó mucho tiempo preparar este plato…