Mi esclavo nos invitó a mí y a mis amigas Gea y Cleo a su chalet de montaña y, pues, nos encanta caminar en botas, así que aceptamos con gusto. Pero ahora que volvemos y nuestras botas están sucias: es tiempo de brillarlas! No sé qué idea tenía él de este fin de semana en nuestra compañía, pero vamos a hacerlo claro desde el principio: será nuestro esclavo personal a partir de ahora, con una limpieza exhaustiva de nuestros soles. Claro, la limpieza a realizar con su lengua, lo que deseamos ver que se vuelva de rosa a negro mientras nuestras seis botas buscan espacio en su cara: será un fin de semana divertido y largo