Domingo por la noche, yo me relajo en mi suave cuero negocío sofa, pero el descanso no es para mí, me aburre. Llamo a la esclava que llega a correr y le digo que quiero jugar un poco para romper la aburrida de esta noche. Tengo que ponerse de rodillas en el sofa y subirme: mis largas y musculosas piernas con pantyhose comienzan a caminar sobre este suave tapete humano. Mientras camino, me pongo a pisotear y saltar, mi esclavo hunde más y más en el sofa. Después de varas facetas, comienzo a divertirme y la aburrida desaparece: mientras tanto, la esclava se deforma bajo mi peso y se vuelve rojo por el esfuerzo. Antes de dejarlo, después de otra faceta, me pongo a tocar su nariz, que ahora tiene el aspecto de play dough por cómo la he aplastado.