Fui a visitar a mi amiga Gaia en su duna en Roma y, después de un largo viaje, necesitaba el baño. Me senté en el sofa, ella me ofreció usar el suyo personal. Acepté con entusiasmo! A sus pies habló de cómo come merda y cómo la mantiene en castidad. Ríamos de él y le burlábamos, me espolvoreé en su boca, hasta que Gaia se fue para defecar. Quitándose sus pantaletes, se colocó encima de él y lo hizo. Lo vi a ese desagradable inodoro comer todo hasta el final. Salvo que no fue todo. Algo cayó y mi amiga tomó una especial cuchara para recogerlo. ¡Qué sorpresa, esta hermosa herramienta! Tomé ella y empece a alimentar al esclavo con la merda de Gaia. Disfrutamos espectáculo viendo a este inodoro que masticaba y tragaba todo hasta el final. Tuve un estímulo mínimo, pero él no quería salir. Así que decidí cambiar a orinar. Inicialmente pensamos en mezclar una copa de orina para darle al esclavo, pero, debido a que yo me escapaba demasiado y mi amiga aún no había llegado, me colocé encima de él y oriné en su boca. Una de las primeras orinas de la mañana, muy intenso. Él la ingirió. Chocolate y champán de dos hermosas Señoras, qué honor! Dejamoslo allí, esperando pronto recibir la merda de Yo…