Acudo al esclavo con una actitud sensual, vestida de rojo ferviente que resalta todas mis formas y que se abre en los genitales. Sujetando mi culo me doy por sentado que hoy tendrá el privilegio de adorarme. Usando una silla particular, uso su cara como descanso y le suministro mi fuente divina sin dejarle ni un momento para besarla. Un placer mezclado con sufrimiento! Después de varas faciales apalabradas, me suministro con mi dorada ducha y bebe hasta que me cubre.