Entra en el cuarto con un largo vestido sexy, pero oculta algo. Aproximome al esclavo que está esperándome en genuflexión, sumiso, y desde bajo mi vestido saco mi bocina. Hace que sucele. Ella es mi puta y debe sentirse así. Después de eso, la jeteo al suelo y, montándola de nuevo, meto mi pene en su boca. Satisfecha con sus fellatio, ahora quiero hacer sexo con esta perra. La saco de pie, tirándola por la correa, de una manera muy humillante y poseedora, con ella gemiendo sobre ser mi perrita…