Este nuevo esclavo está muy temeroso, es su primera vez contigo y teme a mí. Está mentiroso allí, con su verdugo flácido saliendo de la caja de cock y justificándose diciendo que el miedo le hizo que su pene fuera tan pequeño… Yo me encuentro a su lado y uso mis piecitos de stockings para hacerle sentir cómodo, pero pronto me apodero de los botas que le regaló y hago claras que el trato que le espera no va a ser tan suave. Tacones afilados y punta larga, solo la vista de ellos hace que el esclavo temble. Subo a la caja y comienzo a golpear y aplastar esa vergüenza bajo mis soles, hundiéndome en él en mis tacones, mientras lloraba. A veces también me hundía en su abdomen, pero mi atención estaba completamente en ese pene flácido. Lo aplastaba hasta que el puntero salía para poder picarlo bien con el taco. Destruí realmente su pene mientras totalmente ignoraba sus gemidos y pleas por misericordia. Cuando estoy satisfecha detengo, pero a cambio exigo otra pareja de botas.