Mirándonos a nosotras, las dos esclavas en rodillas, mi amiga Andreia y yo, les informamos que hoy serán participantes de una ruleta de cocks. En realidad, yo llevo un estrapon, mientras que el travesti tiene su pene listo para el uso. Giramos a las esclavas que hemos puesto de espaldas para que no puedan ver cuál de nosotras será delante de ellas. Hasta que sus bocas estén llenas! Sobenían, uno a un lado del otro. Una vez el pene de carne, otra vez el de caucho. Cuando sus bocas están calientes, nos mandamos a girar. Ellas no saben lo que les sucede. Pero nosotras sí! Las hacemos oler como dos animales y luego las ponemos en la posición 69. Ahora tienen que masturbarse y sucarse el uno al otro, bajo nuestros ojos para satisfacer nuestro deseo de dominación y control mientras esperamos a ellos…