Este esclavo nos pidió unirnos en una sucia y polvorienta bodega, una opción estúpida porque si nuestros botas se sucian, tendrá que limpiarlas. Nos las sucian caminando por las esquinas más sucias de la habitación y luego nos sentamos en el sofa esperando que haga su trabajo. Se niega a entender y nos pide que quiten sus botas: esto es innegable, su lengua limpiará nuestros botas que permanecerán en nuestros pies. Despues de una resistencia inicial, este tonto sucio comienza a lamer y dar blowjobs a tacones como una puta: ama botas sucias, es por eso que nos llevó aquí! Afortunadamente para él, nos gusta igual tener nuestros zapatos limpiados y ver su lengua volver negra…