El esclavo adorando mis pies me ruino el barniz. Horrible! Él pagará por ello! Lo immobilizo en una posición desagradable, pero esto me permite tener sus testículos a mis órdenes y comienzo a pisotearlo. Lo castigaré con mis pies, siempre llevarán arenas. Hasta que pida mi misericordia y me diga que no sucederá de nuevo y que la lección le sirvió.