Envuelto en celofán, con agujeros en el hocico para respirar y en la boca para comer, el esclavo está listo para ser utilizado como inodoro. Yo ya no puedo contenerlo más, y en realidad suelo sufrir un poco de manchas en mis pantalones. Los muestro a él. Sabía que su turno había llegado. Me siento sobre él, mi anus a su anus. Y defoco. Mucho defeco sale, suave, es demasiado grande para caber en la boca. Se crea una torta en su cara que wrapping en celofán para mantenerlo en forma y hacer que quede allí. Toco varias veces con el dedo mío, para sentir su consistencia … He horneado una leña esta mañana!