Este hombre temerario se permitió dirigirse a mí de forma familiar frente a mi amiga, una gran ofensa que merece una castigo ejemplar. Lo he encadenado por los wrists a las paredes laterales y está aquí enfrente de mí listo para recibir un patetazo en los huevos con toda mi ira. Después de algunos patetazos, su pequeño pene sale de los calzones: es tan ridículo que lo quito: quiero ver sus huevos bien como explotan bajo mis golpes. Le prometí cien patetazos y contaba mientras mis botas golpeabanle desde atrás. Hizo un error contando y entonces agregué otro 30. Ahora quiero sentir que sus huevos exploten con mis pies desnudos, quito mis botas y los golpeo más duro y más duro. Sus huevos están rojos y enormes y para los últimos patetazos tejí una cinta roja a sus huevos y lo tiré como si fuera una correa: realmente creo que no se permitirá hablarme de esa forma más…