Mi esclava ha invitado a mi a su casa quizás esperando que fuese más suave contigo, pero sus esperanzas están en vano porque realmente había tenido el deseo de dominarle en su cama… Y en efecto, me arrojo encima de ella y la jeto sobre la cama, despojo de ella hasta dejarla en sus calzas y comienzo a dominarla con mis pies. La sumiso y la pego con mis pies descalzos y al mismo tiempo permito que lame y sucione: está completamente esclava de mis pies. Pero diferente a sus esclavos machos compañeros, con ella voy más lejos, existe una conexión especial y entonces mis pies comienzan a tocar sus partes privadas también. Siento que se enciende, está húmeda y entonces mientras uno de mis pies domina su boca, el otro masturba su clítoris. Y ella está completamente desnuda y en mi control, se vuelve más y más excitada mientras ruba mi pie hasta llegar al orgasmo gritando Soy tu Señora justo como te ordené.