Compre una hermosa nueva collarina y no puedo esperar más para adjuntarla al cuello de mi perrita. Se llama Maya y es muy obediente y sumisa. Con este nuevo collar puedo tirarla hacia mí whenever I want. Verla allí delante de mis pies me hace desear una sesión de atragantamiento de pie, quiero poner mis pies en su garganta y tirarla con el nuevo collarete. Deja que quite mis tenisas para que descubra mis pies sudorosos y malos huele, hace que los huele y obedece, pero aún está por venir lo mejor. Un pie a la vez la hago dilatar la boca y la tiro fuerte hacia mí hasta que llegue a su garganta, ella saliva como una auténtica perrita y al mismo tiempo la llevo hasta el borde del vomitar mientras sus lágrimas disuelven su maquillaje.