Estamos caminando a una fiesta con mis amigas Cleo y Gabriela, cuando de repente escuchamos una sirena. Giramos y vemos a este perdedor en el camino frente a nosotros mirándonos y intentando hacer compliments, pero desafortunadamente está molestando a las personas equivocadas. Nos acercamos porque queremos entender qué intenciones tiene, creía que estaba haciendo compliments y divertirse contigo nosotras seríamos las únicas que lo disfrutamos hoy. Íntentamente lo arrastramos al suelo y empezamos a darle una buena lección: extienda su lengua para limpiarnos solas y luego a turnas nos pisamos por un agradable aplastamiento. Empieza a arrepentirse de su acción y cuando ya no puede más nos hace crawlar a un rincón de la calle donde lo dejamos como una bolsa de basura.