El esclavo está en posición, listo para su suerte… Está reclinado pero no sabe qué tenemos preparado para él. En verdad, su posición en la playa nos irrita y desequilibra. Será nuestro inodoro, pero de una manera más humillante! Aproximamos nosotros y lo provocamos mostrándole nuestras panties tan pequeñas y sexys. Droola echando deseos de servirnos. Nuestro perfume *******lo excitaba… Retiramos. Yo me poso encima de él y mi amiga Gaia se acerca a un gran y transparente recipiente. Comienzo a orinar sobre su cara, inundándolo y bebiendo lo máximo posible. Es tan abundante que no puede mantenerlo todo en su boca. Mientras tanto, Gaia llena el recipiente. Cuando termino de usarlo, lo ponemos en cuadrupedal y colocamos el recipiente lleno de orina debajo de su hocico. Con nuestros pies lo aplastamos dentro! Queremos oírlo soplando burbujas… Salimos dejándolo con su hocico sumergido en oro…