El olor a los pies es lo que excitaba a este esclavo, el fuerte olor de mis pies después de un día de caminar. Y la excitación no solo era mental, su pene se encendía inmediatamente y quise jugar con él, quise controlar su orgasmo mientras estoy recostada y desnuda, cubrí su cara con mis pies. Me masturbaba a mano, disfrutaba en silencio, solamente podía escucharse el ruido de mis collares mientras mi mano subía y bajaba su erección excitada. Cambiaba el ritmo, me gustaba ver sus reacciones pero mantuve mis pies fijos sobre su cara y continué masturbándolo hasta que llegó a orgasmo y solo cuando me sentí listo, le sacé todo su semen.