Tres diosas, tres sirenas en una tubería llena de espuma, hermosas y intocables. Gaia, Tatiana y yo nos movimos sensualmente en la espuma, tocándonos y acariciándonos mientras este perdedor nos mira animadamente. Puede solo mirar, no puede tocarnos o sí mismo, está tanto suerte como desafortuna. Siguiendo teasiéndole más y más, quitamos nuestras brasieres y los arrojamos a él: la excitación sube pero todo lo demás se negó a él. Después de un rato estamos completamente desnudas y arrojamos nuestras calzas a él mientras Gaia pone una en su boca y las otras en su cabeza… Se hacemos cómodas, poniendo los pies en el borde de la tubería y le permitimos el único contacto físico posible hoy: besar nuestros pies llenos de espuma.