Fumando una cigarro camino hasta este perro sucias vinculado a la silla de baño. Fumo en su cara, le pateo y le lanzó cenizas en la boca. Así me sento en la silla y, siendo un animal, hice que oliera mi trasero, primero con los calzados, luego sin. Debía reconocer mi olor, siempre. Mientras tanto, savoría el cigarro hasta apagarlo en su boca … Cuando me siento la necesidad de defecar, saco un soplador de boca de bajo mis medias y lo coloco en él. Lo dejo allí y me dejo caer una suave heces que cayó parcialmente en su boca y parcialmente en medio de su cara. Lo hago comer y tragar entre las retescidas y la excitante visión de mi trasero. Trague todo. Me fue dejando solo dejándole mis medias como recompensa.