Este esclavo es lento en ambos movimientos y comprensión. Y al desatarle los pantalones de mi amiga Gaia, descubro que está hipodotizado también. ¡Qué pésimo esclavo de la merda! Y solo porque suje su boca, me estimuló y ahora me alejo de defecar. Le mostraré todo el desprecio que siento por él llenándolo de mi boca. Deshago mi falda de una manera sensual y me poso encima suya. Sale suavamente. Cuando termino, ordeno que se limpie con su dedo y con el mismo dedo sucio, Gaia y yo le ordenamos que obtenga un tinte labial sucio. Alcanzada esta degradación, burlándonos de él, nos lo mandamos lejos, por lo que ahora es inútil.