Este esclavo ha decidido poner a prueba mi fuerza y desafiarme a una lucha. Obviamente acepto el desafío. Mirelo para comprender que es un debil, un perdedor. El combate demostrará mi superioridad! Lo dominaré, derribándolo a la lona. Sufrirá mis tijeras, mis golpes por todo el cuerpo, mis patadas, mis pies en la cara y cuerpo, mi tirar de cabellos, mis movimientos de pin. Lo haré agotarme y el golpe final vendrá con mi sentada facial. ¡Qué hombre débil …!