Regresamos a casa con mis amigas Cleo y Gea después de un paseo en el parque que ha ensudorado completamente nuestras botas de cuero. Afortunadamente, mi alfombra de bienvenida estaba listo allí en el suelo para nosotros y lo usamos inmediatamente para evitar ensuciar el resto de la casa. Su camiseta blanca cambia de color a medida que rubramos nuestras botas en él, pero eso no es suficiente, debe trabajar también con su lengua para limpiar y desencasquatar con su saliva lo más encasquatado. Lamer solas, sucionar tacones y en el momento en que tomamos turnos subiéndonos encima de su abdomen para usarlo como alfombra: empezamos a gustarnos y a entender que podemos hacerlo más divertido. Hacemos que quite su camiseta, la cual deberá usar como paño para secar y limpiar las botas al lamer avidamente. Siento bien y le doy un poco de mi saliva en turno, mientras que él limpia todos los botas que han dejado huellas profundas en su piel.