Mi amiga Gabriela y yo nos sentamos confortablemente en nuestros tronos, listas para jugar con nuestros esclavos: haremos un recorrido de diferentes esclavos con diferentes habilidades. Comencemos con un esclavo limpiador que debe lamer y brillar nuestros zapatos y tacones fuertes. Comienza inmediatamente lamiendo el suelo de Gabriela y luego suela suela y luego es mi turno poner mi zapato en su boca, hago que lo suce como si fuera un fellatio. El segundo esclavo se coloca de rodillas delante de nosotros y ofrece su espalda a nuestras látigas: sin inclinarnos del trono nos lastimamos repetidamente hasta que su espalda queda roja, cambiamos látigas y continuamos hasta que se rinde y da paso al siguiente. El tercer esclavo es nuestro esclavo de facetas, llegó tarde y por ello merece castigarse a manos de nuestras manos y luego correrse como todos. Para el último esclavo tenemos algo más particular en mente. Dejamos que quite nuestros tacones y nos montamos sobre él como caballos, deberá levantarnos hasta los parapetos donde pondremos los pies sobre su cara…